Pese a las lluvias, la sequía continúa

Pareciera atemporal hablar de sequía si hemos vivido intensos frentes de mal tiempo en el país en las últimas semanas que han desbordado algunos ríos. Sin embargo, el cambio climático es una situación estructural que se mantendrá al igual que la menor disponibilidad hídrica en la zona central de Chile. De hecho, una vez que aparezca el anunciado fenómeno de La Niña, lo más probable es que se reduzcan las lluvias y se retorne a la situación previa.

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En 2013 surge el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo. El año pasado, esta institución entregó el documento Seguridad Hídrica en Chile: Caracterización y Perspectivas de Futuro, el cual busca aportar evidencia científica para respaldar la toma de decisiones en esta materia.

El informe señala que mientras las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes reúnen más del 75 por ciento del volumen total de agua disponible, de Valparaíso al norte es de menos del 1 por ciento. Así, esta situación "resulta en una explotación de acuíferos en muchos casos no sostenible, y mantiene a varias cuencas en condiciones críticas de estrés hídrico."

Agrega que las tasas de precipitación en el centro del país han estado bajo la media desde 2010, acentuando una tendencia hacia un clima más seco desde Coquimbo a Aysén y proyectando que los niveles de seguridad hídrica en la zona se vuelvan más críticos. Plantean que, a mediados del siglo, habrá niveles permanentes (promedios de 30 años) de estrés hídrico altos y extremos en las cuencas de los ríos Elqui, Limarí, Petorca-La Ligua, Aconcagua y Maipo.


Día Cero

El Día Cero es el momento en que ya no se puede satisfacer la demanda de agua de una zona, mientras que el cero absoluto, corresponde a aquel en que, además de las fuentes superficiales, se agotan las reservas subterráneas.

Si bien, el cero absoluto se estima para Santiago entre 50 y 200 años más, ese momento ya lo están viviendo zonas rurales. Surtirse de agua mediante camiones aljibe se ha normalizado, a pesar de que no atiende los problemas estructurales de gestión y de que resulta cada vez "más difícil satisfacer las necesidades de las más de 2.2 millones de personas que habitan en localidades y territorios rurales", se indica.

La mayoría de las cuencas entre las regiones de Coquimbo y del Maule han experimentado niveles altos a extremos de estrés hídrico entre 2010-2020. Esta situación se agrava debido a los niveles elevados de uso de agua en estas regiones. En este lapso, los usos de agua consuntivos se han duplicado, impulsados por las industrias agrícola y forestal.

El documento concluye que, ante un escenario adverso de cambio climático, si bien hay instrumentos desarrollados en los últimos años como la Ley de Servicios Sanitarios Rurales y los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos en Cuencas (PERHC) que representan una oportunidad para alcanzar seguridad hídrica, requieren algunas mejoras. Asimismo, indican que existen disposiciones del Código de Aguas que se contraponen con metas de seguridad hídrica, y recomiendan que se establezcan metas de seguridad hídrica e indicadores de estrés para las cuencas.


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