Residuos plásticos: La urgencia de reducir su uso

Nuestro país avanza con decisión hacia la protección del medio ambiente y de la salud de las personas con regulaciones cada vez más exigentes que buscan disminuir la generación de residuos. Es así como la tercera etapa de la Ley de plásticos de un solo uso (PUSU), si no es aplazada, debiese entrar en vigencia en agosto de 2024 con importantes restricciones a los locales de expendio de alimentos.

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Resulta indispensable que se concientice sobre el uso del plástico. En 2021, según el ranking The Plastic Waste Makers Index, de la Fundación australiana Minderoo, en promedio, cada habitante de nuestro país desechó 51 kilos de plástico de un solo uso, ubicándonos en el puesto 11 de las 100 naciones analizadas. Actualmente, apenas el 8 por ciento de este material se recicla, lo que nos deja anualmente con más de un millón de toneladas en los vertederos.

Es por lo anterior, que -mediante la legislación- se está promoviendo un cambio de conducta. Desde febrero de 2022, la Ley PUSU prohibió la entrega de cubiertos, bombillas y revolvedores plásticos en todos los establecimientos de expendio de alimentos. Desde agosto de 2024, la norma obliga a ocupar productos reutilizables en esos locales y afuera de estos o por delivery, solo se permitirán aquellos de materiales valorizables distintos del plástico o solo si este se encuentra certificado.


Reusar y certificar

La norma Nº21.368, que regula los plásticos de un solo uso y las botellas desechables de este material, quiere fomentar su reutilización y certificación. Se busca crear una economía circular reduciendo progresivamente los plásticos nocivos y mejorando su calidad. También, busca incentivar la valorización de estos residuos.

En la práctica, se prohíben los siguientes desechables al interior de los locales cualquiera sea su materialidad: vasos, tazas, tazones, cubiertos, pocillos, platos, copas, cajas o envases de comida preparada, bandejas, sachets, individuales y tapas que no sean de botellas. Fuera de estos, deberán estar fabricados de otros materiales o ser plástico certificado.

En el caso de las botellas plásticas, se exigirá también desde agosto que, al menos, un 30 por ciento de las que se venden en supermercados sea retornable. Asimismo, desde 2025 las desechables que se comercialicen deberán contener un porcentaje de plástico reciclado y recolectado en el país. El porcentaje que debe incluir la botella, irá aumentando progresivamente no pudiendo ser menos de 15% al 2025; 25% al 2030; 50% al 2040; 60% al 2050 y 70% al 2060.

Los gremios de la industria gastronómica y hotelera, entre otros, han pedido al Gobierno posponer en 18 meses la implementación final de la Ley PUSU. Su argumento se basa en que representa un desafío económico significativo y podría tener efectos adversos en sus respectivas industrias.

Frente a estas presiones, es importante recordar que en el ciclo de vida de los productos reducir lo que se tira es el primer paso, reusar el segundo y, el último, es el reciclaje.


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